Jonathán sufrió la peor de las muertes dentro de la cárcel

Ciudad de México.- Jonathan Cortez Ayala fue internado en una cárcel de la Ciudad de México sin ser culpable del delito que se le adjudicaba, aún así, el joven tenía las esperanzas de que se comprobaría su inocencia y saldría libre, sin embargo esto no sucedió y murió apartado de su familia, en condiciones insalubres.

La última vez que se vieron el y su madre fue cinco días antes de que falleciera. “No te preocupes mami, voy a salir que aquí. Yo soy inocente”, mencionó Jonathan mientras era visitado por su madre en el hospital de Las Américas en Ecatepec. Lo habían trasladado allí desde el Penal de Chiconautla en el Estado de México.

Su madre ya no podía acercarse a él. Cualquier movimiento era exageradamente doloroso, su estaba lleno de llagas, su piel se descamaba a causa del VIH. No tenía fuerzas para levantarse, ni podía comer sin ayuda.

El joven pasó el último año de su vida dentro de una cárcel por un delito que no cometió, al igual que otros cientos de reos que aseguran haber sido torturados y tener carpetas inventadas para que sean declarados culpables.

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